El 6 de junio de 1999 Ramón se dirigía a un asado para festejar el bicampeonato de su amado club Boca Juniors. El tren se detuvo antes de llegar a la Estación William Morris. Entraron las fuerzas de seguridad privada golpeando a la gente que comenzó a descender por las vías uno por uno. Comprometido como siempre, Ramón espero hasta ser el último. Cuando estaba por bajar vió que en el vagón del fondo un gendarme le estaba pegando a un pibe con la tonfa. Volvió y le dijo al gendarme: ‘No le pegues más al nene’. El gendarme le respondió “Callate vos negro de mierda. No te metas.” Empezaron a discutir y a tironear. Ramón y el nene pudieron saltar por la puerta del vagón. Ramón cayó sobre el niño protegiéndolo. El gendarme le disparó a Ramón apuntando a su cabeza quien recibió un impacto de bala hueca, muriendo al instante.
La violencia institucional es toda práctica estructural de violación de derechos por parte de las fuerzas pertenecientes al Estado. Quiénes deberían velar por nuestra seguridad son los mismos quienes cometen los crímenes más atroces.
Es necesario que estas violaciones a los Derechos Humanos sean catalogadas como tales: Crímenes de Estado en democracia. Considerando también el agravante del perfilamiento racial que tiene la brutalidad de las fuerzas de seguridad.
No existen hasta ahora estadísticas que permitan generar políticas públicas para parar el flagelo del racismo.
Sumate a la campaña, viralicemos este grito de justicia: violencia institucional es racismo. Subí una foto o un video, etiquetandonos con aquellas palabras que deben ser escuchadas.
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No existen hasta ahora estadísticas que permitan generar políticas públicas para parar el flagelo del racismo.
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